Como ya hemos comentado en alguna otra reseña, Marvel no termina de marcar un patrón musical para muchos de sus personajes. Iron Man, Thor y el propio Capitán América han conocido a un compositor por cada una de sus aventuras en solitario y, si bien a veces se hacen guiños unos a otros (mi creencia es que se trata más de cortesía profesional que otra cosa), no se ha dado continuidad al trabajo de casi ninguno de ellos. Esto, que a priori podría resultar nefasto, en el caso de Iron Man y Thor ha servido de clara mejoría con la asignación de Brian Tyler como sucesor de John Debney y Patrick Doyle respectivamente, que si bien no hicieron un mal trabajo, sus scores se quedan varios puntos por detrás de los del californiano. Pero ¿Y en el caso del Capi? Alan Silvestri dejó el listón muy alto con Captain America: The First Avenger. Una partitura redonda en la que, sin demasiados excesos ni profundidad, acompañaba a la perfección la narrativa de los orígenes del personaje en un film que, con cierta ingenuidad deliberada, clavaba una bandera en los corazones de los aficionados. Henry Jackman, tenía por delante un doble reto: hacer olvidar a Silvestri y redibujar los devenires de un Steve Rogers curtido en mil batallas después de su despertar en el siglo XXI. El primer Vengador debía abandonar su niñez musical para adoptar una pose más seria, más oscura. Con el evidente cara a cara entre el Capitán América y el Soldado de Invierno, Jackman recurre a un planteamiento tan clásico como efectivo: un tema para cada personaje. El dedicado al supersoldado muestra la seriedad de la que hablábamos con una partitura presidida por ecos metálicos, sonidos repetitivos y poca variedad instrumental pero que resulta muy estimulante y funciona magníficamente en la película. Aparte del corte Captain America, que desarrolla la composición en toda su extensión, se puede escuchar en más pasajes, como la intensa Taking a Stand (probablemente lo mejor del disco) o la incursión inicial en el barco Lemurian Star, una escena impecable que deja de manifiesto que, lo que en audición aislada puede resultar poco atractivo, en pantalla es otro cantar. La oscuridad, la acción e incluso el color azul que preside todo el metraje, se abrazan con la música compuesta por Jackman sin titubeos. El títere que es el Soldado de Invierno se presenta con un tema mucho más asfixiante, bronco, repleto de sintetizadores, llegando a resultar una tarea ardua terminar los cortes Fury y The Winter Soldier, que se suceden en el disco. Volveremos a sufrirlo en The Causeway o In the Fray, no obstante hay que reconocer nuevamente su más que buena compenetración con las imágenes. Caben destacar otras pistas de menos peso como The Smithsonian y Project Insight, en el que nos vienen a la cabeza notas de Silvestri, el primero más clásico y marcial, similar al Primer Vengador, el segundo de tan buena factura y viveza como el Hellicarrier de Los Vengadores, presenta a los 3 aerotransportes de la organización S.H.I.E.L.D. sobre los que se sustenta el desenlace de The Winter Soldier. Curiosa la inclusión de Trouble Man de Marvin Gaye, recomendación de Sam “The Falcon” Wilson. En conjunto Captain America: The Winter Soldier es una pieza singular, muy apartada de sus predecesoras y quizá una apuesta arriesgada que a muchos disgustará, pero es ese carácter brusco y asolador el que hace que case tan bien en un largometraje igualmente poco convencional que deja a un lado las presentaciones y las heroicidades gratuitas para desplegar una trama que vuelve del revés una parte importante del Universo Cinematográfico Marvel. ¿Hay futuro para esta nueva línea de acción? Parece que cambiando la tendencia, Henry Jackman seguirá al frente de la orquesta en Captain America: Civil War, lo que hace despertar cierta ilusión. Sus trabajos en Kick-Ass, X-Men: First Class, Big Hero 6 o Kingsman: The Secret Service (además de este que nos ocupa) le convierten en una opción muy apetecible de cara a lo que se avecina. Lo mejor: Su carácter arriesgado y diferente. Lo peor: Algunos pasajes (por bien que encajen en el film) son francamente dañinos al oído.

J.J.L.S.